La narración de La hojarasca cambia
entre las perspectivas de tres generaciones de una familia (padre, hija y
nieto), que se encuentran en un limbo espiritual luego de la muerte de un
hombre odiado fuertemente por todo el pueblo, pero inexplicablemente
relacionado con el patriarca de la familia.
El padre, un hombre envejecido y medio ciego
que posee el título de coronel en la aldea, siente la obligación de enterrar al
fallecido doctor, a pesar del consenso que hay en Macondo de que debería
pudrirse en la casa esquinera en la que él había vivido completamente aislado
durante la última década. La hija, Isabel, es obligada a acompañar a su padre,
sabiendo que ella y su hijo tendrán que hacer frente a la cólera de sus vecinos
en Macondo. La narración del nieto, por otro lado, se enfoca en lo misterioso y
lo maravilloso de la muerte.
Al igual que muchas de sus historias,
como El amor
en los tiempos del cólera y Crónica de
una muerte anunciada, Gabriel García Márquez introduce una
escena dramática al inicio de su narración y entonces se mueve al pasado,
contado hechos que van a guiar a la conclusión final. Con la narración se
descubre que el eje central de la narración es un doctor que vino a Macondo. Su
salvación es una carta de recomendación del Coronel Aureliano Buendía, un
personaje hecho famoso en Cien años de soledad. Esta carta conduce
al extraño a la familia que narra el drama que acontece.
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